Las comunidades musulmanas en todo el mundo se enfrentan a muchos retos, tanto internos como externos. Algunos temas, como la pobreza y el abuso de sustancias, se han generalizado entre todas las razas y religiones. La comunidad musulmana, sin embargo, también tiene problemas únicos y particulares.
Un fenómeno particular
ha llegado a ser conocido como “fraude matrimonial” – un problema que se
encuentra tanto en Occidente como en el mundo musulmán, aunque su incidencia ha
sido más ampliamente documentada en Occidente. La mayoría de los casos de
“fraude matrimonial” se registran en algunas zonas de América, Canadá y el
Reino Unido, aunque es cierto que también se da en otros países occidentales y
árabes.
Shaykh Younus Kathrada,
un imán canadiense de origen sudafricano, ha apoyado a la comunidad con
orientación islámica y servicios de apoyo durante 20 años. Él identifica al
fenómeno del “bandido matrimonial” cuando hombres musulmanes que dicen tener
conocimiento religioso y ser piadosos, se aprovechan de mujeres vulnerables y
las convencen a contraer matrimonio, sólo para usarlas y abusar de ellas,
abandonándolas poco tiempo después. Algunas de estas personas se han casado y
divorciado con tantas mujeres hasta perder la cuenta, a veces pasándolas a sus
amigos y tratando a las mujeres como una mercancía desechable.
Es una práctica perversa
que abusa y daña a mujeres musulmanas, que destruye hogares, rompe generaciones
enteras de niños, y hace que buenas musulmanas se sientan lejos del Islam.
La mentalidad que
fomenta este comportamiento no tiene ninguna base o justificación religiosa,
por mucho que intenten torcer y utilizar el Din del Islam para excusar su
explotación de mujeres ingenuas y sinceras.
“El fraude matrimonial”
no es poca cosa, sino que implica abuso psicológico, emocional y físico,
manipulación, engaño descarado y duplicidad, y lo peor de todo, ningún
sentimiento de conciencia, responsabilidad o taqwa.
Objetivos y Tácticas
En un momento en que el
matrimonio es un tema candente para todas las generaciones de musulmanes,
cuando a jóvenes musulmanes y musulmanes les resulta tan difícil encontrar
compañeros adecuados para el matrimonio, las mujeres siguen siendo inevitablemente
el sector más vulnerable. Presionadas por la familia o la comunidad, o
simplemente debido a sus grandes deseos de cumplir la sunnah del matrimonio,
muchas mujeres no toman las precauciones necesarias al elegir un esposo.
En su experiencia con
los “bandidos” matrimoniales y sus víctimas, Shaykh Younus ha observado que
ciertas mujeres corren un riesgo especial de ser el blanco de los depredadores:
nuevas conversas/revertidas o aquellas que son nuevas a la práctica del Islam,
especialmente aquellas con familias no musulmanas o no-practicantes. Hay varios
factores que las ponen a riesgo de ser víctimas de relaciones abusivas.
Algunas mujeres se han convertido al Islam después de muchas experiencias difíciles en sus vidas, incluso después de haber tenido múltiples relaciones anteriores y niños producto de esas relaciones. En un esfuerzo por mantener a sus hijos, y a menudo con una visión ingenua de como son los matrimonios musulmanes, aceptan con entusiasmo las propuestas de matrimonio sin investigar a fondo a sus pretendientes. Algunas de estas mujeres pueden tener otros problemas que las hagan sentir “menos merecedoras” de ser “exigentes” a la hora de elegir un esposo, como enfermedades mentales, inestabilidad financiera, o incluso problemas de imagen corporal.
Desafortunadamente, los depredadores saben exactamente qué buscar, qué decir y qué hacer para convencer a estas mujeres a contraer matrimonio. En algunos casos, van a buscar a sus víctimas en el ciberespacio: en el contexto de las salas de chat y foros “islámicos”, estos hombres se dan a conocer a mujeres que buscan conocimiento islámico y construyen una relación emocional con ellas basado en el Din. Ellos ponen un fuerte énfasis en el matrimonio y la poligamia, y recuerdan a estas hermanas que su “lugar” está en el hogar como esposa y madre. Tarde o temprano, los hombres – o a veces incluso las mujeres- propondrán a la otra parte.
Otros abusadores tienen un método comprobado en sus propias comunidades. Harán que la esposa de un amigo busque y se haga amiga de nuevas hermanas que se unen a la comunidad, creando una relación con ellas y poco a poco animándolas a casarse con “un buen hermano que mi marido conoce.”
Algunas mujeres se han convertido al Islam después de muchas experiencias difíciles en sus vidas, incluso después de haber tenido múltiples relaciones anteriores y niños producto de esas relaciones. En un esfuerzo por mantener a sus hijos, y a menudo con una visión ingenua de como son los matrimonios musulmanes, aceptan con entusiasmo las propuestas de matrimonio sin investigar a fondo a sus pretendientes. Algunas de estas mujeres pueden tener otros problemas que las hagan sentir “menos merecedoras” de ser “exigentes” a la hora de elegir un esposo, como enfermedades mentales, inestabilidad financiera, o incluso problemas de imagen corporal.
Desafortunadamente, los depredadores saben exactamente qué buscar, qué decir y qué hacer para convencer a estas mujeres a contraer matrimonio. En algunos casos, van a buscar a sus víctimas en el ciberespacio: en el contexto de las salas de chat y foros “islámicos”, estos hombres se dan a conocer a mujeres que buscan conocimiento islámico y construyen una relación emocional con ellas basado en el Din. Ellos ponen un fuerte énfasis en el matrimonio y la poligamia, y recuerdan a estas hermanas que su “lugar” está en el hogar como esposa y madre. Tarde o temprano, los hombres – o a veces incluso las mujeres- propondrán a la otra parte.
Otros abusadores tienen un método comprobado en sus propias comunidades. Harán que la esposa de un amigo busque y se haga amiga de nuevas hermanas que se unen a la comunidad, creando una relación con ellas y poco a poco animándolas a casarse con “un buen hermano que mi marido conoce.”
Una táctica muy común
utilizada tanto por los depredadores cibernéticos como por los que están en las
comunidades es la manipulación religiosa y emocional: presionar a estas mujeres
a casarse rápidamente para “cumplir la sunna” y “proteger sus deseos.” Y para
las mujeres que buscan estabilidad y una vida en pareja, la combinación de chantaje
emocional (una mujer que no se casa rápidamente no es una buena Muslima) y
atención halagadora (“Eres una Muslima piadosa, maravillosa y tengo que casarme
contigo con el fin de protegerme!”) puede ser muy persuasiva.
Cuando se presentan hombres que prometen un “hogar islámico feliz”, que dicen que la belleza radica en la práctica del Din en lugar de la apariencia, convenciéndolas de que la poligamia es una sunna que deben practicar, muchas mujeres musulmanas están convencidas por la idea de un matrimonio islámico perfecto y aceptan tales propuestas.
Cuando se presentan hombres que prometen un “hogar islámico feliz”, que dicen que la belleza radica en la práctica del Din en lugar de la apariencia, convenciéndolas de que la poligamia es una sunna que deben practicar, muchas mujeres musulmanas están convencidas por la idea de un matrimonio islámico perfecto y aceptan tales propuestas.
Señales de alarma
Casi todos los “bandidos
matrimoniales” abusadores presentan características que deberían ser como
banderas rojas para cualquier Muslimah a punto de casarse.
Para empezar, a menudo se le dice a la mujer que su wali es o no apto (debido a que no lo suficientemente practicante, no acepta al pretendiente, o porque está “haciendo dificultando el matrimonio sin razón”), o no válido (especialmente en el caso de las mujeres con padres y familiares no musulmanes). Así el hombre convence a la mujer que conocen a alguien más indicado para actuar como wali, por lo general un buen amigo del hombre.
Para empezar, a menudo se le dice a la mujer que su wali es o no apto (debido a que no lo suficientemente practicante, no acepta al pretendiente, o porque está “haciendo dificultando el matrimonio sin razón”), o no válido (especialmente en el caso de las mujeres con padres y familiares no musulmanes). Así el hombre convence a la mujer que conocen a alguien más indicado para actuar como wali, por lo general un buen amigo del hombre.
A muchas mujeres también
se le dice que pedir una dote de valor económico está mal o en contra de la
sunna. El hadiz que dice que el matrimonio más bendito es aquel con la dote más
fácil se cita para hacer que las mujeres sentirse culpables por cualquier tipo
de demanda monetaria.
El derecho de la mujer a
un wali que protege sus intereses, así como a una dote adecuada, son una parte
inviolable de la Sharia. No se debería obligar a una mujer a renunciar a los
derechos que Allah mismo le ha dado!
El engaño continúa
Desafortunadamente, el
abuso continúa y se agrava una vez que la mujer acepta el matrimonio. En muchos
casos, se dará cuenta de que se le ha estado mintiendo desde el principio -que
no es ni una primera esposa, o la única esposa, pero que el hombre con quien
acaba de casarse ya tiene una o varias otras esposas. En otros casos, se le
dice que como una segunda (o tercera, o cuarta) esposa, ella debe mantenerse
económicamente o vivir en la misma casa con las otras esposas y “compartirlo”
todo!
Otras mujeres verán de
repente que no sólo son responsables por ellas mismas y sus hijos, pero por el
hombre también. Algunos depredadores ocultan su pasado criminal o su falta de
estudios hasta después del nikah, y luego informarán a sus esposas que no son
capaces de trabajar y mantener a su familia. Posiblemente argumentarán que
están “buscando conocimiento” (por lo general en las salas de chat de Internet)
y por eso es el deber de la esposa apoyarlos en todos los sentidos, incluso en
el sentido económico. Si la mujer se queja o le desafía, se le acusa de ser una
esposa desobediente y que causa problemas. Sus recomendaciones anteriores de
que las mujeres deberían quedarse dentro de la casa se olvidan rápidamente.
Abusos de todo tipo
El abuso financiero no
es el único tipo de abuso que muchas mujeres sufren en estos matrimonios. El
abuso mental y el chantaje emocional están muy extendidos – los abusos físicos
y sexuales también son normales. A menudo las víctimas son incapaces de
compartir sus experiencias y recibir la ayuda necesaria para recuperarse de
estos incidentes traumáticos. En cambio, debido al estigma y el tabú
relacionado a estas cuestiones, las mujeres que escapan de estos matrimonios
abusivos o hablan tienen más probabilidades de ser condenadas al ostracismo en
sus comunidades.
Muchas mujeres se han
visto no sólo usadas y abusadas, pero abandonadas también. En algunos casos,
los hombres se divorcian de las mujeres por ninguna otra razón que el abusador
se ha cansado de ellas o está interesado en una nueva presa. Otras se
encuentran embarazadas, y se encuentran divorciadas y sin ningún tipo de ayuda,
incluso sin que el padre esté dispuesto a reconocer al niño.
La pérdida de la fe
Obviamente, cada tipo de
maltrato deja rastro y afecta profundamente a las personas involucradas -no
sólo a las mujeres mismas, pero a sus hijos también. Uno de los efectos más
terribles para las víctimas es que después de haber vivido este ciclo vicioso,
no sólo una vez, pero en muchos casos varias veces, la mujer o sus hijos pueden
asociar al Islam con el abuso que experimentaron. Como resultado, pueden perder
interés en practicar el Islam, o dejarlo por completo con pensamientos y
emociones muy negativos hacia el Islam.
Menos extremo, pero
igualmente doloroso, es que las mujeres se sienten utilizadas y rechazadas, y
que sus derechos islámicos han sido violados y que no tienen ningún recurso.
Algunas se amargan totalmente con la idea del matrimonio y ven a todos los
hombres musulmanes como depredadores y abusadores.
Cómo evitar la trampa
• Un wali es el derecho
de cualquier mujer musulmana -un tutor que tiene tus mejores intereses en su
corazón. Asegúrate de que el wali es alguien que realmente cuida de ti y en
quien puedes confiar.
• Haz preguntas! No te
metas en un matrimonio a ciegas. Ten en cuenta el tipo de persona que estás
considerando. Investiga, haz que tu wali investigue, y no confíes en nadie
ingenuamente.
• No rindas tu dote. Una
vez más, ¡este es un derecho de la mujer musulmana que nadie puede quitarte! Sé
razonable, pero no te sientas presionada en aceptar un mahr “simbólico”, a
menos que estés absolutamente segura de ello.
• La paciencia no es
equivalente a sufrir. Sé consciente de la diferencia entre la paciencia ante
las dificultades, y ser oprimida por alguien que está negando tus derechos
islámicos. Si tu esposo está abusando de ti, ya sea de manera mental, emocional
o física, no lo toleres. Busque la ayuda de un imám o hermanas que te ayudaran
a buscar los recursos adecuados para ti.
Ya es hora de que la
comunidad musulmana reconozca a los depredadores que existen en su seno, y de
defender a sus hermanas musulmanas. El Profeta Muhammad (sallallahu ‘alayhi wa
sallam) dijo: “Ayuda a tu hermano si él es el opresor o el oprimido.” Además,
hizo hincapié en que la única forma de ayudar al opresor es no permitir que la
opresión continue. Cualquier musulmán que comete o permite que estos claros
males está abusando de los derechos de sus hermanos musulmanes.
Que Allah nos ayude a luchar por la justicia, y nos conceda el coraje para luchar contra el mal donde quiera que se encuentre.
Que Allah nos ayude a luchar por la justicia, y nos conceda el coraje para luchar contra el mal donde quiera que se encuentre.
Fuente:
Artículo "Exposing the 'Marriage Bandits'" (Exponiéndo a los Bandidos Matrimoniales)
Autor:
Umm Khadija (Anonymouse)
Origen:
Revista 'Sisters', Mes de Septiembre del 2012
Website:
http://www.sisters-magazine.com/
Copyright:
SISTERS Magazine © 2013